Real Decreto 244/2019, de 5 de abril, por el que se regulan las condiciones administrativas, técnicas y económicas del autoconsumo de energía eléctrica
Los consumidores de todo el mundo están asumiendo las consecuencias de la guerra de Ucrania, con un trasfondo de la lucha por los recursos energéticos, que supone la creación de modalidades de autoconsumo para sobrevivir.
Siempre nos han contado la lucha por el poder mundial, en las que siempre se han estado disputando Estados Unidos y la Antigua Unión Soviética, con la invitada en último momento de China, que poco a poco ha ido creciendo de manera exponencial estos últimos años. La partida de ajedrez se puso en tablas una vez acabada la Segunda Guerra Mundial, con el fin de lograr acuerdos mundiales para poder aplicar el aprendizaje de los errores del pasado. Es curioso, que, aun teniendo ese aprendizaje, y siendo la sociedad con más medios e información para aumentar el conocimiento en sus bases, sigamos cometiendo los mismos errores.
La expresión de “la realidad supera la ficción” cada día se refuerza de razón, más cuando una potencia mundial como Rusia, a nivel energético, militar y económico, decide ir a la conquista de una Ucrania mermada, que sigue en reconstrucción por todas las guerras que ha soportado.
Las consecuencias de esta realidad actual, está afectando a las empresas y al consumidor medio, con las subidas de los precios de las energías, hasta teniendo que intervenir la UE y sus Estados miembros a legislar urgentemente con el fin de buscar alternativas fiscales que disminuya el perjuicio a los consumidores más vulnerables.
El mercado de la energía, un desconocido para muchos, es más importante de lo que nos creemos, ya que dependemos totalmente de ellas. Este sector tiene una legislación técnica descentralizada, que cada vez los juristas nos vemos obligados a familiarizamos, especialmente en materia de derecho del consumo.
En antecedentes, la Directiva (UE) 2018/2001 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 11 de diciembre de 2018, introduce la figura de las comunidades de energías renovables, transpuesta al ordenamiento jurídico español mediante el Real Decreto-ley 23/2020, de 23 de junio, por lo que se aprueban medidas en materia de energía y en otros ámbitos para la reactivación económica.
El régimen del autoconsumo colectivo se consolidó por el Real Decreto 244/2019, de 5 de abril, que supone la unificación jurídica entre las comunidades de energías renovables y el autoconsumo colectivo, resultando ser la creación de las comunidades energéticas.
El consumo y la producción eléctrica mayoritariamente no coinciden, y elevado coste y limitaciones de altos estándares técnicos y regulatorios, hacen que las CCEE sean una alternativa real. Estos nuevos modelos de autoconsumo, mediante comunidades sociales de consumo de energía, suponen una reducción del coste inicial, un aprovechamiento global, y un impacto económico menor.
La creación de las comunidades energéticas, nos aporta una opción más sostenible y económica de poder crear redes sociales de autoconsumo de la energía. Nos lo define la misma legislación, como autoconsumo colectivo hacia ese sujeto consumidor que participa y pertenece a un grupo de varios consumidores que se sustentan, de forma acordada, sobre una energía primaria renovable proveniente de instalaciones de producción próximas a las de consumo y asociadas a los mismos.
Estas instalaciones de producción de energía deben estar conectadas a una distancia inferior a 500 metros de los consumidores asociados, conectadas en una red de distribución que estén unidas o a través de líneas directas hacia el consumidor.
Para llevar a cabo estas instalaciones, es preciso tener los datos de consumo de los interesados, información de las cubiertas para la instalación, y el modelo de gestión de la comunidad energética que se pretende implementar, para optimizar los objetivos para cada interesado.
Las CCEE pueden desarrollar cuatro tipos de gestión de energía distintas, beneficiando a sus miembros económicamente: 1) Inversión en activos y venta de energía, 2) Consumo eléctrico interno, 3) Servicios de suministro a no miembros, 4) Gestión integrada en redes cerradas.
Por otro lado, existe otra alternativa al autoconsumo de las CCEE, que es la acción de compra agregada de energía, que ya se están implementando en el sector industrial, concretamente en Ayuntamientos de municipios y polígonos industriales entre empresas, que consisten en una agrupación de empresas que compran energía de forma conjunta con el objetivo de ahorrar costes y mejorar su competividad.
La legislación en materia de energías renovables está en continua creación, tras los avances tecnológicos y las consecuencias de la crisis energética, por la dependencia de Rusia hacia la UE. No debemos descartar la importancia de la creación de estas CCEE, siendo un presente en el sector del consumo empresarial, con posibilidad de crecer en otros ámbitos, como son las Comunidades de Propietarios, ampliado en zonas residenciales, pueblos o ciudades.
El sector energético exige de mucha experiencia técnica y donde los consumidores se sienten en manos de las grandes multinacionales. La incertidumbre social y la inestabilidad empresarial que vive el sector de la energía resulta vital para los consumidores contar con un asesor energético que optimice sus beneficios frente la crisis energética.