Consumidores somos todos, pero dentro de un colectivo hay distintas necesidades, por ello, es muy importante conocerlas para poder llegar a todos.
Hace unos días acudí con una compañera a una Jornada sobre accesibilidad de las personas consumidoras con discapacidad, ciertamente aprendí mucho ya que no era consciente de estos problemas y creí necesario, darlos a conocer.
Los que nos dedicamos al derecho de consumo sabemos que es crucial para un consumidor y usuario una información clara y precisa, pero esa información no llega igual a todos, y con ayuda de las nuevas tecnologías deberíamos poder romper barreras para impulsar un consumo sostenible y a la vez accesible. De esa accesibilidad nos beneficiamos todos, tanto indirecta como directamente. Las limitaciones y/o tipos discapacidad pueden generar problemas que podríamos solucionar con los mecanismos siguientes:
I/Textos con lectura fácil: Tanto las leyes, ordenanzas, notificaciones, los contratos de seguros, de alquiler, pólizas, contratación bancaria, la documentación burocrática, la documentación sanitaria, de administraciones, hojas de reclamaciones etc… tienen un lenguaje jurídico o sanitario enrevesado que cuesta de comprender, por ello, deberíamos apostar e incentivar las versiones de lectura fácil. Un ejemplo de ello, es la apuesta que ha hecho el Poder Judicial (Foro Justicia y Discapacidad) con la conversión a este formato, de las sentencias para que la justicia y el derecho puedan llegar a todos. La lectura fácil de sentencias se basa en palabras sencillas, frases cortas e incluso pictogramas validados por el departamento de expertos en este tipo de lectura y posteriormente por el juez para otorgarle las máximas garantías. El problema es, que este formato no llega a todas las sentencias que se publican, por lo que debería implantarse la obligación que cada resolución judicial dictada por un juzgado, de una Administración, o entidad sanitaria fuera a su vez unida con una de lectura fácil, porqué no sólo es necesaria para las personas con discapacidad cognitiva o intelectual, también para personas mayores. Es una obligación ya que, no podemos dejar a nadie fuera de la justicia o de la sanidad.
Algunos Ministerios ya lo han adoptado, pero todavía existen muchas Administraciones estatales, autonómicas y locales que no, y estás no pueden convertirse en una barrera más. Por ejemplo, la mayoría de Boletines oficiales no tienen una lectura fácil, como el BOE, que viendo la problemática tuvo que ser un ciudadano el que solventara la situación con la creación de esta web: www.superboe.es.
Textos oficiales como la hoja de reclamaciones, una denuncia, las contrataciones y suscripciones tanto presenciales como on-line, como en el sector del seguro, inmobiliarias, viajes, transporte, sector servicios, suministros, etc…que por su importancia deberían adoptar este formato para adaptarse a la Convención internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad, hecha en Nueva York el 13 de diciembre de 2006, darle sentido a la Ley 8/2021 para el apoyo a las personas con discapacidad para el ejercicio de su capacidad jurídica y Ley 15/2022 de 12 de julio, integral para la igualdad de trato y no discriminación.
A su vez, la Ley 15/2022 nos habla del tipo discriminación, tanto en la educación, en la atención sanitaria, administración de justicia, servicios sociales, en internet, en establecimientos dentro de su Título I, seguido de los mecanismos de defensa contra los actos que originen la discriminación.
II/Omisión: No se ofrecen o publicitan ofertas vacacionales, viajes combinados, u ocio nocturno para personas con discapacidad.
III/Audionotificaciones, audiofactura, audiocontratos (otorgándole fuerza contractual), videonotificaciones, videocontratos, videofacturas: Todos estamos acostumbrados al sistema de IOT (Inteligencia de las cosas), a que Alexa o Siri nos hablen y casi formen uno más de la familia. Entonces ¿por qué no usamos la tecnología para acercar trámites, contratos y notificaciones a las personas con visión limitada o reducida?
Lo mismo para las personas sordo mudas, que se les pudiera notificar por medio de videos con lenguaje de signos. ¿Por qué apostar sólo por una modelo de factura o notificación cuando hay muchos tipos de personas, cuando la finalidad debe ser llegar a ellas?
IV/Etiquetas inteligentes. Una vez más la tecnología sería nuestro aliado. Las etiquetas de los productos con la información que incluyen deberían poderse extraer mediante un QR en formato audio, video con lenguaje de signos y de lectura fácil para facilitar la interactuación y la información al consumidor.
V/Programas de Inteligencia Artificial: Estos pueden dar soluciones rápidas a problemáticas urgentes. Una app o un software basado en IA que permita interactuar a un médico de urgencias con un paciente que necesite lenguaje de signos podría salvar vidas y generar calidad de vida a este colectivo que se ven con la necesidad de acudir con un acompañante o solicitar un intérprete. Esto serviría tanto para tramites con las administraciones, incluida la de Justicia como para la vida diaria en sí. Podrían ser asumido por grandes multinacionales en su día a día con los consumidores, tanto en venta presencial como on-line.
En resumen, consumidores somos todos, pero no a todos nos llega la misma información.