Cuando decidimos iniciar este proyecto compartido, la primera pregunta a la que hicimos frente, fue la de “por qué …” y la verdad es que en seguida nos vinieron dos ideas: la primera es que acostumbrados como estamos los mediadores a acreditar una formación continuada a lo largo de los años, nos apetecía trabajar y proponer algo radicalmente diferente y nuevo, pero que al mismo tiempo fuese útil, pragmático, y sobre todo con un recorrido formativo. Si la mediación ha estado siempre acompañando a nuestra evolución cómo sociedad, formando parte de ella, ahora en una época que todo parece cambiar de forma radical, no se tiene por que quedar atrás. Sin duda, se merece (nos merecemos todos) innovación, desarrollo e investigación en la solución alternativa de conflictos.
A partir de aquí, la idea casi sale sola; ¿cuál es uno de los retos más importantes de nuestra sociedad? Sin duda la digitalización, y los mundos digitales complementarios y alternativos. Cuenta la leyenda que uno de los grandes pioneros en la escalada, el inglés George Leigh Mallory, después de algunos intentos, le preguntaron en el año 1923 por qué su empeño en querer escalar el Everest, a lo que contestó simplemente “porque está ahí…” Y la realidad es esa, cómo el Everest de nuestras vidas, el salto (sin red) a la digitalización “está ahí…”Ante esta ola de realidad digitalizadora, todos tenemos que planteamos no solo cómo gestores profesionales de conflictos, si no también cómo ciudadanos, que tenemos dos opciones: resistir su empuje desde la pasividad, negando la evidencia, algo que no parece muy inteligente, o por el contrario subirnos a ella, entenderla, establecer complicidades y surfearla para que nos acompañe allá donde queramos ir.
Al principio de este proyecto la mayoría no creía en él, pero la mediación y los ADR/ODR, derivan del conflicto humano, y mientras haya convivencia entre seres humanos en un contexto de una sociedad real y de consumo (o sus proyecciones virtuales), habrán conflictos de todo tipo e intensidad, por tanto, si nuestra sociedad apuesta por las nuevas tecnologías, se digitaliza masivamente, se crean realidades virtuales tipo Metaverso, y se basa en cadenas de seguridad tipo Blockchain facilitadoras del intercambio económico y de consumo, sin duda, la mediación y los ADR/ODR allí estarán presentes, de una forma o de otra. Recordemos, a modo de ejemplo, que ya existen en el Metaverso reuniones de jueces o juicios, como es el caso de países como Colombia.
A la pregunta ¿De qué forma estarán presentes la mediación y los ADR/ODR en la digitalización abrumadora que se nos viene encima? Pues es un camino que no está definido, y en ello, precisamente estamos trabajando en este proyecto Lab-In colaborativo entre el ICAB y el ICAMAT que pretende, como finalidad, impulsar y coordinar una mirada innovadora desde lo último y lo inmediatamente previsible de la digitalización y las nuevas tecnologías, proyectándolo a la esencia histórica de lo que pensamos puede ser la mediación futura.
Un proyecto en el que nos planteamos entre otros cómo será la mediación en entornos virtuales tipo Metaverso, cómo evolucionarán las técnicas de mediación que tradicionalmente utilizamos en estos entornos digitales, cómo acreditar las identidades de los avatares tanto de mediados y como mediadores, cómo suplir las carencias de la falta de presencialidad, cómo utilizar blockchain en los registros y acuerdos de las mediaciones, posición/intereses/necesidades (PIN) y sus manifestaciones en el metaverso, etc, etc.
Estamos invirtiendo en presente y futuro, y ello, casi siempre implica una mejora. Ventajas, muchas, inconvenientes, sin duda alguno habrá. Pero ¿desde cuándo los inconvenientes frente a las ventajas han frenado las ideas y el desarrollo humano? Seamos valientes e innovadores desde la rigurosidad técnica, obviamente siempre habrá quien, en lugar de aportar, cuestionará, en lugar de innovar, se esconderá, bloqueará, etc., pero esto no nos tiene que impedir soñar, crecer, investigar y evolucionar sensatamente en libertad. Sin pregunta, es poco probable que haya respuesta.
Hemos empezado este post haciendo referencia a la montaña más alta del planeta, pues que mejor manera de terminarlo que en agua salada. Cabe recordar que este coloso pasó parte de su historia bajo el fondo del mar para que el lecho marino se alzara posteriormente para formar la cordillera del Himalaya. Por ello, “Quién conquista el mar hoy, está listo para conquistar el océano mañana”, palabras del filósofo y autor Matshona Dhliwayo.
Si creemos y apostamos por la mediación hoy, estaremos listos para desarrollar la Mediación Digital del mañana, en el Metaverso.
